Juan de Sessa, más conocido como Juan Latino, nació como esclavo en Etiopía a principios del siglo XVI y fue víctima del tráfico de esclavos que tenía el Reino de Portugal por aquel entonces.
En un principio vivió en Baena (Córdoba) ya que pertenecía a don Luis Fernández de Córdova, hijo del Gran Capitán.
Vivió su infancia junto al hijo de don Luis, Gonzalo, con el que mantenía una estrecha relación. Todavía en Baena empezó su formación en los estudios, en los que sobresalió desde el principio. Sin embargo, la familia se trasladó a Granada, donde el esclavo tuvo el permiso de dedicarse al estudio de las letras, decisión que tomaron sus amos tras comprobar lo mucho que le apasionaba.
Terminó bachiller a los 28 años y más tarde consiguió la libertad. Su educación en las letras siguió y consiguió licenciarse en 1556. Unos meses más tarde fue propuesto como catedrático de Gramática de la Catedral de Granada por el arzobispo de la ciudad nazarí. Esta educación la desarrolló paralela a su trabajo de docente. Además también tuvo tiempo para escribir poesía y legarnos una gran obra como su libro de versos Austriada Cármine. También se le atribuye, según algunos testimonios, el hecho de que los restos de los Reyes Católicos permanecieran en Granada. Fue Juan el que pidió al mismísimo Felipe II que no se llevara los restos a San Lorenzo de El Escorial de Madrid.
Por desgracia, el paradero de su cadáver es un misterio. Se sabía que sus restos estaban enterrados en la Iglesia de Santa Ana. Sin embargo recientes investigaciones indican que se han encontrado veinte esqueletos en la que se suponía era su tumba. Actualmente es imposible saber cuál de ellos es el de Juan Latino.
Una hipótesis que podría explicar este suceso es la de la crecida del río Darro en 1835. La inundación se llevó por delante gran parte de la Plaza de Santa Ana.
Lo que sí se puede afirmar es la importancia de esta figura histórica. Se trata de uno de los personajes más significativos de la Granada del siglo XVI. Sin embargo a pesar de su importancia ha quedado olvidada por la historia de la ciudad.
Fuente: El Independiente de Granada.