El espiritismo siempre ha sido un tema muy presente en Cádiz, donde incluso hubo una asociación que hacía sesiones para hablar con los muertos.
Se trataba de una de las primeras sociedades de espiritismo de Europa que surgió en el siglo XIX y en la que, en sus sesiones, usaban un trípode o un palanganero para intentar establecer comunicación con espíritus. Según contaban ellos, el sistema de comunicación que usaban era el número de golpes que daba este objeto cada vez que empezaba a flotar en el aire, y cada número tenía como significado una letra.
No es de extrañar que Cádiz fuese la ciudad donde surgió uno de los primeros grupos de este tipo en España, ya que se ha descubierto que aquí se escribió la primera guía del espiritismo en nuestro país.
Por lo tanto, la ciudad más antigua de Europa es también pionera en cuanto a temas de espíritus se refiere, incluso antes que grandes ciudades como Madrid o Barcelona.
Esto realmente tiene mucho sentido, ya que era una ciudad que recibía mucha influencia de otros países y culturas debido a su importante puerto, a donde llegaban barcos de diferentes zonas del mundo. En concreto, este tipo de ideas y prácticas vinieron de Estados Unidos.
Esta guía habría influenciado también a la sociedad espiritista al principio mencionada, ya que en ella se explica cómo comunicarse con los muertos, incluidos los códigos de golpes como los que supuestamente daba el trípode o palanganero.
Sin embargo, aunque estas ideas y grupos se propagaron no solo por España sino por toda Europa de forma clandestina, la guía nunca llegó a publicarse, ya que se decía que estaba en contra de la religión católica.
Hoy en día, sigue habiendo testimonios de personas que realizan este tipo de prácticas. También, con el tiempo, se fueron popularizando otras, como por ejemplo la ouija, que se usó más a partir de los años 80 y con la cual incluso se veía a muchachos jóvenes experimentando.
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